Angustia por la separación

Hay un momento en el desarrollo de nuestro bebé en el que es consciente de sí mismo como individuo y se distingue de sus padres. Esto sucede sobre los 8 meses y aparece la angustia por la separación.

En esta etapa cuando la madre, el padre, o el cuidador habitual se marcha, el niño siente una terrible angustia pensando que no lo verá más.

A estas edades nuestros hijos aún no tienen noción de lo que es el tiempo y cuando nos pierden de su vista lloran desconsoladamente pensando que no volverás.

Es un proceso que todos los bebés, en mayor o menor medida, pasan en su desarrollo. Debemos entender el proceso y ayudarle mientras dure. A veces puede suceder que habiendo superado ya esta fase, nuestro hijo la vuelva a padecer coincidiendo con sucesos familiares como la incorporación de la madre al mundo laboral, la necesidad de ausentarse por un viaje, el inicio de la etapa escolar… una serie de situaciones que vuelven a hacer sentir al niño ese miedo a la soledad y la separación.

Para ayudar a nuestro hijo podemos tener en cuenta varias cosas:

  • Cuando son bebés podemos realizar con ellos una serie de juegos con los que aprenda que aunque no te vea no es por mucho tiempo. El juego del “Cu-Cu” es muy bueno para esto. Ponte delante de tu hijo, tápate la cara con las manos y pregúntale con cariño “¿Dónde está mamá?“. Y destápate la cara. Es maravilloso ver su carita de alegría al verte de nuevo. Juega con él a este tipo de juegos en los que te escondes y apareces de seguida. El “escondite” lo puedes usar cuando ya andan y te pueden buscar. Las primeras veces escóndete de manera que se te vea un pie o un brazo y vaya directamente a por ti, luego escondiéndote mejor pero haciendo sonidos… evoluciona en el juego de manera que no tenga miedo y se paralice al no verte, sino que te busque para encontrarte. La clave es que sea divertido.
  • Si tienes que marcharte, no lo hagas sigilosamente sin que te vea, al contrario, explícale que te tienes salir un momento pero que volverás enseguida. Dile lo mucho que le quieres y lo bien que se lo pasará con su cuidador. Puedes empezar un juego con él y su cuidador y que ellos continúen desarrollándolo en tu ausencia. Y cuando vuelvas abrázale y dile… ”ves que pronto ha venido mamá”. Se tiene que establecer una relación de confianza, si el niño confía, poco a poco irá perdiendo el miedo a no estar contigo porque sabrá que vuelves cuando le has dicho.
  • Cuando son algo más grandes, aunque puedes explicarle donde te vas, porqué tienes que hacerlo y lo que tardarás, seguirán pasándolo mal. Es aconsejable que quedes con él en que le llamarás para explicarle como va todo y que cosas haces. También puedes dejarle tareas que le hagan recordarte, como hacer un dibujo de lo que le gusta hacer contigo o incluso mirar fotos o videos de familia.

La angustia por la separación conlleva un crecimiento interior de tu hijo que tienes que saber llevar con paciencia y cariño. No son manías ni chiquilladas, realmente sufren mucho y hay que ayudarles a crecer con amor y cariño.

 

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